La motivación está construida de materia delicada, y lo mismo que llega, de improviso, desaparece. Tras su paso suelen quedar escombros compuestos de sueños, y aquel que pierde la motivación, lo pierde todo.
Hay personas que no sé si llamar fuertes, porque a veces las mueve el egoísmo o la mezquindad; son personas que se auto alimentan, se motivan por sí mismas, para y por lo suyo. Se marcan una meta o unos fines, y arrasan con todo, si es preciso, para llegar a ello. Nada en los márgenes de “La Carretera”, les perturba, porque solo importa su creencia y su destino. Como salvedad, hay en esta clasificación de motivados tenaces, algunos que dedican su tesón y auto motivación a un bien mayor y de caracter humanitario, y son, los que en mi humilde opinión, deberían dirigir esta sociedad lamentable. Luego están, o mejor dicho, estamos, los incompletos; los que necesitamos muletas en las que apoyarnos para encontrar motivación; los de la arrancada de caballo y parada de burro. Esos a los que algo de repente nos despierta, y somos capaces de bajar la luna si nos dejan… mientras dura el estímulo, claro… porque si este desaparece o se desvía, quedamos bajo el peso plomizo de la desidia y la parálisis. En ese estado de decaimiento, experimentamos varias fases: a veces nos atrapa la depresión, a veces nos perdemos en lo ilusorio, llenando nuestro tiempo de ideas y proyectos que no verán la luz, o que son inviables por lo absurdos, y a veces, caemos en un arrastrarse rutinario, sin más perspectiva que cumplir con lo que demanda el sistema y esperar la muerte.
La motivación adquiere diversas formas, y está, por desgracia, supeditada a la emoción; al deseo, para concretar más. Si deseas algo, te mueves, y si el deseo es grande tus pies no tocan tierra o mueves montañas. Hay algo de bipolaridad, creo, en la gente que funcionamos así, con ese subir y bajar, con esa falta de plenitud o de necesidad de afirmación, es como si hubieses venido a la vida, con una especie de cojera emocional, y mientras encuentras estimulo sobre el que sostenerte, te mantienes en pie.
La motivación puede venir de lo espiritual o lo físico, puede ser un amor platónico o un ideal, o puede ser algo tan terreno como el sexo. Esa ansia de motivación, venga de donde venga, altera y potencia nuestra química orgánica mientras está presente el estímulo, tal vez por eso, cuando desaparece, se produce el desastre y nos encontramos tan mal incluso físicamente. En el grupo humano de los incompletos, nos encontramos con personalidades con mucha imaginación, algunos incluso rozan la genialidad. Otros simplemente se motivan por la servidumbre, por el hecho de sentirse útiles o ser queridos.
Uno de los motores de motivación más potentes es el amor. Ese cabrón, inunda hasta el último rincón del cuerpo y la mente de sustancias productoras de felicidad. Por eso, también es el más dañino. Luego hay otras motivaciones menos nobles: la ambición, la avaricia, el ansia de dominación y poder… Tanto en las nobles, como en las innobles, se entremezclan lo material y lo humano, ya que el deseo puede dirigirse hacia personas, animales o cosas. Cuando el deseo es algo metafísico, una creencia religiosa, también se producen, derivado de ello, grandes catástrofes a nivel emocional si la creencia se desvanece; no me cabe duda que una crisis de fe es algo muy destructivo.
La motivación, se puede clasificar también entre las adicciones, vista desde la neuroquímica, claro. Necesitas tu dosis de estímulo para funcionar y sentirte bien. Sin embargo, visto desde el punto de vista natural, todo el reino vivo funciona en base a deseo, estimulo y consecuencias. Simplificando: se tiene hambre, se busca algo sabroso y se come… y así una, y otra, y otra vez…
No quiero dejar la disertación sin mencionar que, el deseo, adquiere en determinados perfiles humanos un cariz siniestro, pues queramos o no, no estamos tan lejos de la figura del monstruo, y eso, el hacer daño, también es una motivación. De la némesis, por ejemplo, han partido grandes empresas y hay mucho de satisfacción en la venganza, que puede ser justa o no. Entrar sin embargo en el terreno de la psicopatía, o descender a la motivación del asesino, me queda grande, y sobre ello ya han escrito personas que saben mucho o creen saber mucho, de tal cuestión.
Así nos va en este plano espacio temporal que vemos, tocamos y padecemos: unas motivados y otras como el culo. Mientras, la vida sucede, con o sin nosotros… y eso es todo…
Comentarios:
Que gusto leerte
- Gracias… no suelo ser muy positivo, pero he encontrado en escribir un medio de desahogo más noble y pacífico que quemar papeleras…
Pues te animo a que sigas, tienes voz propia y algo que contar, y eso no es fácil de encontrar. Ahora hay concursos literarios en cada pueblo prácticamente. Relatos, microrelatos… Échale un ojo.
- Ya sé de concursos y otras hierbas . Yo escribo por compulsión, no me motiva ni ganar, ni vivir de esto. En un concurso o similar no creo que tenga lugar, me niego a ser socialmente correcto… De todas formas, gracias compadre.
- Escribes muy bien, describes con mucha exactitud las etapas de la motivación. Me he sentido como en tu relato tantas veces, me identifico tanto…. Pero no soy capaz de plasmarlo como tu.
- No sabía que había que ser socialmente correcto para participar en concursos, en los que yo conozco se valora lo original. Pero bueno, parece que eres de esas personas que tiene que ser otro el que les coja los textos y los publique sin que se entere el escritor, jeje. Hay muchos escritores que no quieren dinero ni ganar nada, como dice Rosa Montero, por ejemplo, ella escribe porque al ser leída y en el feedback del lector encuentra la cordura de ser entendida. Ella defiende que el escritor necesita lectores.
- A mi me pasó algo parecido con la música, yo tenía talento para la música y un amigo me dijo que tenía que dar a conocerlo porque era mi obligación al tener ese don. Aún así, no le hice mucho caso, en mi caso por pereza y miedo.
Deseo creer en un punto y seguido. ¿ Y si la motivación, a pesar de ser tan esquiva, formara parte de un ciclo que pudiéramos mantener? Con subidas y bajadas…..
- El punto y seguido lo marcamos nosotros, con nuevos estímulos. Si no lo pensara así, no estaría escribiendo ya… lo que pasa es que entre subida y bajada y vuelta a subir, el tiempo a veces se dilata mucho y es muy jodido… Yo estoy, después de estos años pandémicos, como con prisa, y con el mantra de que la vida es corta… Aun así, no siempre levanto cabeza a diario… pero eso, el punto y seguido, tú lo has dicho…
Me he desmarcado un tanto del crítico interno y, como en un pacto entre caballeros, hago oidos sordos y voy actuando con rayitos de coherencia, con empujes que sumados equivalen a cierta persistencia. Creo que esta disertación tiene valor tal cuál , y cada uno extrae algo personal de manera que podemos sumar y enriquecernos. Y ahí entramos en un aspecto de la ayuda mutua.
Siempre genial este hombre 🙌
Fuente original en área socios solo para socios.
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