Hoy voy a llorar por vosotros porque por mí ya no puedo, sin pedir permiso y sin que lo necesitéis.
Lloro por vosotros para que podáis reír o sonreír en la calle y en vuestras casas también. Quiero ver vuestra alegría y contagiarme de ella, también de vuestra risa. Lloro por vosotros por egoísmo, necesito vuestra felicidad para sentirme parte de ella. No sé quién recibirá el mensaje, pero es para ella o el, sin más, es para tí. Un abrazo desde la trinchera.
Gracias por tu mensaje. Es precioso.
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