“Mis reflexiones tienen mucho que ver con la ansiedad social porque ha marcado mi vida desde pequeñita. Me he dado cuenta de que tenía unas etiquetas de callada, discreta pero no soy tan así. A mí no me gusta tanto la discreción, mira mi pelo rosa”, dice señalándose la cabeza. “Siento que estoy descubriendo otra parte de mí, que hay una parte importante de mi vida que ha estado tapada por la ansiedad social y ahora está saliendo y me gusta”.
Un testimonio que puede servir de ayuda a muchos jóvenes que tienen este problema.
Ansiedad social: miedo extremo en situaciones cotidianas